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2023

Magec,
Diosa del Sol Guanche

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Tercero en el Proyecto Diosas, en representación de nuestra isla local, Tenerife.

Esta fue una sesión corta de 15 minutos al atardecer, frente al volcán, a 2500mts. Una sesión muy fría y ventosa. Vestido de paracaídas y corset de cuero hechos por un servidor, parte de nuestro armario para sesiones (que está en constante crecimiento).

En la época anterior a la conquista española de las Islas Canarias, cuando el mundo era joven y no había sido tocado por las huellas de extraños, vivía un pueblo conocido como los guanches. Eran una sociedad agraria sencilla, que vivía en armonía con la tierra, en las laderas de su hogar volcánico, y pescaba en las abundantes aguas que los rodeaban.

Los guanches creían que su isla, Tenerife, era el centro del mundo y que Magec, la diosa del sol, los vigilaba desde su trono celestial. Creían que ella era la fuente de toda vida y luz en Tenerife.

Sin embargo, en medio de toda esta belleza y armonía, acechando en las sombras estaba Guayota, el demonio de Echeyde, el infierno tal como lo conocemos, que se encontraba dentro del Volcán.

Un fatídico día, mientras Magec bañaba las islas con su abrazo dorado, Guayota emergió de las sombras, envidiosa de la belleza y armonía que Magec otorgaba a la tierra. En un movimiento brusco, Guayota se apoderó del Sol y lo aprisionó en lo más profundo del corazón del Teide.

La tierra tembló y erupciones de fuego pintaron el cielo mientras Magec resistía el oscuro agarre de Guayota. El pueblo de las Islas Canarias fue testigo de estos tumultuosos acontecimientos, entendiendo que el equilibrio entre la luz y la oscuridad pendía de los delicados hilos de esta lucha divina.

La leyenda contaba que cada erupción era una manifestación del intento de Magec de liberarse, y sus llamas anhelaban atravesar la prisión rocosa de la montaña. La isla se convirtió en un campo de batalla de fuerzas cósmicas, donde el día y la noche, el bien y el mal, se enfrentaron en una batalla aterradora. El mundo quedó sumido en la oscuridad.

 

Los guanches pidieron ayuda al dios supremo Achamán, quien después de una feroz lucha logró derrotar a Guayota, liberar a Magec y tapar el cráter con Guayota en su interior. Cuenta la leyenda que el tapón que puso Achamán es el llamado Pan de Azúcar, el último cono, que corona el volcán. Cada vez que hacía erupción, era costumbre que los guanches encendieran hogueras para que el demonio creyera que todavía estaba en el infierno y pasara de largo.

Nos especializamos en sesiones de retratos épicos, utilizando nuestra visión única para crear obras de arte atemporales. Nos esforzamos por capturar su historia con creatividad y experiencia, garantizando resultados sorprendentes que dejan recuerdos duraderos.

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